Quien asimila los fracasos como ganancias también, gana más y gana rápido.

Quien no se arriesga a ir hasta la curva, no puede ver el próximo tramo recto.

El liderazgo más poderoso, el más potente, es el que emana del servicio que prestas y no del de las órdenes que impartes.

Los verdaderos líderes, hacen que las causas nobles triunfen, aunque en el proceso puedan perder prestigio personal.

Los ignorantes y los débiles de espíritud, se preocupan demaciado, por su prestigio personal.

Has que la gente ordinaria, haga lo extraordinario que sabes hacer tu, eso sí que es un gran éxito.

Es muy importante ascender, para aglutinar con el ejemplo, pero más importante es descender, para convertirse en simiente.