A los más pobres materialmente les deseo, que entreguen todo lo que tienen de su riqueza espiritual y se harán ricos, verdaderamente ricos, porque la riqueza espiritual es infinita y todos nacemos con ella y la material se puede adquirir a partir de aprender a entregar con ciencia nuestra espiritualidad.

A los más ricos materialmente les deseo, que sus pies no pierdan el rumbo del bien, ni sus ojos la mirada de amor al pobre, ni sus labios la palabra de aliento al pobre, ni su corazón la bondad para el pobre, porque toda la riqueza, la verdadera, la espiritual y la material, pertenece por entero a la misión con que llegamos al inicio del camino de la vida y quien no la cumple, se empobrece totalmente al inicio del camino eterno y ya no va a tener con qué contar, para tan largo viaje.