Aunque desde 2012 el Grupo Nacional de Frutales realiza dos recorridos anuales para verificar la marcha del programa, es la primera vez que se realiza una comprobación con carácter evaluativo.
Estimular la producción, encaminar los procesos inversionistas, valorar los avances en cada provincia y eliminar trabas e insuficiencias que limitan su potencial, fueron los objetivos trazados en este recorrido realizado desde febrero y hasta mayo de 2019.
La evaluación contempló el funcionamiento de los grupos provinciales, el cumplimiento del plan de siembra y producción, y la tecnología de cultivo en las plantaciones, el completamiento y montaje de los sistemas de riego de las fincas de 67 hectáreas seleccionadas en cada provincia, la comercialización de productos al turismo y las potencialidades para las exportaciones de productos frutales.
Específicamente se comprobó la siembra y producción de los programas diferenciados de lima persa, piña y guayaba, y la situación de las inversiones para el montaje de diez minindustrias, así como la certificación de las buenas prácticas y la inocuidad de los alimentos.
Resultados
Se visitaron todas las provincias y el 45 % del total de las cooperativas que integran el movimiento. Las Tunas (95 puntos), Granma (91), Matanzas (90) y Guantánamo (90) alcanzaron la categoría de Bien, el resto de los territorios obtuvo evaluación de Regular.
352 cooperativas pertenecientes al movimiento
Pinar del Río: 28
Artemisa: 31
Mayabeque: 28
La Habana: 14
Matanzas: 25
Villa Clara: 24
Cienfuegos: 20
Sancti Spíritus: 18
Ciego de Ávila: 27
Camagüey: 26
Las Tunas: 20
Holguín: 27
Granma: 24
Santiago de Cuba: 20
Guantánamo: 20
Avances
Aumento de las plantaciones y de la producción.
Incremento del uso de bioestimulantes, bioplaguicidas y biofertilizantes, y del policultivo como tecnología para un mejor aprovechamiento del suelo y los recursos.
Mayor capacitación a los productores.
Generalización de los resultados de la ciencia aplicables a las fincas de frutales.
Líneas de trabajo a partir del recorrido
Consolidar el funcionamiento orgánico de los grupos provinciales.
Elaboración y/o actualización de los programas de desarrollo.
Consolidación de los viveros tecnificados de cada provincia con la adecuada estructura de variedades que dé respuesta a las demandas de las cooperativas.
Velar por el uso de las tecnologías para el manejo de las plantaciones de frutales, la poda, y el control de plagas y enfermedades.
Continuar incrementando el uso de los bioestimulantes, bioplaguicidas y biofertilizantes, humus de lombriz y compost.
Seleccionar y preparar a todos los productores con capacidad para exportar.