Nuevas normas para el sistema de ciencia, tecnología e innovación en Cuba
- Escrito por Geidy Díaz Crespo
Con la experiencia acumulada en el recorrido por 13 provincias, llega a Pinar del Río la capacitación para dar a conocer las nuevas normas jurídicas del sistema de ciencia, tecnología e innovación, recién publicadas en la Gaceta Oficial de la República de Cuba en el pasado noviembre.
El encuentro estuvo encabezado por el viceministro del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente (CITMA), Armando Rodríguez Batista, quien explicó a la comunidad científica que la actual visión sobre la ciencia da cabida a la integración de nuevos actores. “Esta perspectiva entiende que una empresa, un productor de tabaco, un cuentapropista que venda en la calle Martí, son partes del sistema territorial de ciencia e innovación”, apuntó.
En esta política de integración se cuenta con la posibilidad de que las personas naturales puedan presentar propuestas de proyectos científicos al CITMA, reconociendo que la ciencia es libre, como lo plantea la Constitución. De tal manera, se pondera la inclusión de diversidad de actores, lo que hasta hoy fue protagonismo sólo de universidades y centros de investigación.
Por otra parte, la nueva legislación establece remuneración por cada proyecto en el que se participe, siempre que las contribuciones de los participantes tengan impactos científicos. “No es un monto pequeño, pero tampoco es regalado. Hay que ganárselo, y tendremos que defender que cuando alguien se gana algo, hay que dárselo”, enfatizó el vice titular del CITMA.
La Resolución 287, encargada de regular la política sobre programas y proyectos, reconoce el papel de los estudiantes en el desarrollo científico tecnológico del país, por lo que los incluye en el sistema de incentivos económicos.
Los estudiantes pueden ser contratados por su participación en proyectos, en respuesta a la realidad de que hoy muchos combinan el estudio con el trabajo en centros de producción y servicios. Trabajar para la ciencia tributa a la formación preprofesional, al tiempo que les abre posibilidad de futuro empleo en el centro donde contribuyan con sus resultados.
Así resalta Rodríguez Batista el carácter revolucionario de las nuevas normas: “(...) rompen paradigmas, pero no podemos permitirnos que arreglar un carro cueste 5 000 o 10 000 pesos, y la ejecución de un proyecto de investigación haya que hacerla al costo o gratis”.
Para la doctora Maribel Páez, experta del CITMA, la remuneración incentiva la participación en programas y proyectos, la eficacia en la ejecución, el aporte del conocimiento en la obtención de resultados y la generalización de los mismos. “Hasta hoy, nos ha faltado un puente entre la ciencia y las finanzas, pero vamos a poner la primera viga”, añadió al referirse a la contribución del Ministerio de Finanzas y Precios a la nueva política.
De corte motivacional, las normas estimulan la producción científica y la innovación, al eliminar los requisitos temporales para la categorización científica. “Si un joven de 25 años tiene las competencias, puede obtener una categoría de investigador o tecnólogo”, anunció el directivo del CITMA.
Otro aparte en la cita, se dirigió a la capitación sobre la Resolución 363, que versa sobre los parques científicos y tecnológicos y las empresas que funcionan como interfase entre las universidades y entidades de ciencia, tecnología e innovación con las unidades productivas y de servicios.
Se trata de estructuras dinamizadoras de la ciencia que son gestionadas por especialistas para potenciar la calidad de vida, con capacidades para destinar fondos a proyectos, captar financiamientos (del Estado, el gobierno, las empresas y la cooperación internacional), y utilizar porciento de utilidades para importación.
Según informó Yaroslán Borrego, Cuba no cuenta hoy con parques científicos y tecnológicos ni empresas de interfase, de ello deriva que la aplicación del Decreto inicie, de manera experimental, en el Centro Universitario José Antonio Echeverría (CUJAE), Complejo Científico Docente de Mayabeque y las universidades de Ciencias Informáticas (UCI), de La Habana, Las Villas y Matanzas.
Las nuevas normas jurídicas llevan en su esencia la espiritualidad martiana: “La ciencia trascendental no puede nacer de una verdad real”.