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Conocimientos, experiencias y jubilaciones: la Edad de Oro

En este artículo: CubaSociedadTercera Edad
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Foto: TV Yumurí.

Es muy importante retener, aprovechar, estimular a personas con conocimientos y experiencias y no descartarlos. Foto: TV Yumurí.

No, no voy a escribir aquí sobre La Edad de Oro, admirable e imperecedera obra de José Martí.

Se trata de algo bien diferente, relacionado con los muchos trabajadores que estamos arribando a la edad de jubilación y sobre las políticas más adecuadas para atender esa tendencia.

Al respecto la empresa PricewaterhouseCoopers (PwC) ha propuesto lo que denominan el “Índice de la Edad de Oro” (Golden AgeIndex).

PwC es una de las empresas de consultoría más importantes del mundo. Como empresa capitalista al fin, lo que le interesa, sobre todo, es la ganancia, el dinero.

Pues resulta que esa empresa a través de numerosos estudios ha determinado que los países que mejor están utilizando la fuerza de trabajo que arriba a la edad de jubilación, están obteniendo mejores resultados económicos.

Cuba no es el único país que envejece. En varios de los países considerados desarrollados como Suecia, Dinamarca, entre otros, un elevado número de trabajadores están arribando a la edad de jubilación. Según PwC es de gran importancia económica ofrecer a esas personas una alternativa laboral que resulte estimulante y adecuado a sus posibilidades y necesidades. La idea es que ganen las personas y ganen las organizaciones donde trabajan.

El Índice de la Edad de Oro es un indicador complejo que permite estimar la contribución de las personas en edades avanzadas. Este índice abarca varios indicadores como son: empleo, ganancias, formación.

El hecho cierto es que la proyección de crecimiento de la población de 55 años o más, en los próximos 15 años, en los países de renta alta, será de un 25% y alcanzará la cifra de 500 millones de personas. Una población cada vez más longeva, presionará significativamente los sistemas de salud y pensión. Por ello PwC sugiere estimular a los trabajadores de más edad a mantenerse laborando por mayor tiempo, incrementado así el PIB, el poder adquisitivo de estas personas, el consumo interno y los ingresos fiscales. PwC señala que mantener a los colaboradores de más edad empleados durante más tiempo podría aumentar el PIB de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico en 2.6 billones de dólares.

Comento el asunto porque me parece de la mayor importancia para Cuba. Las personas que arriban a la edad de jubilación tienen el derecho de descansar. Eso no se discute. Lo que me parece interesante de los estudios mencionados es una importante conclusión que ellos extraen: entre los extremos: jubilarse/no jubilarse hay un amplio abanico de posibilidades que para muchos podrían ser atractivas. Un experto le llama ‘jubilación gradual’. Imaginemos que en una organización cualquiera estamos a punto de perder por jubilación una persona de gran experiencia y valiosos conocimientos. Esa persona quiere descansar un poco porque ha trabajado incansablemente durante 40 años y no puede seguir con ese “tren de pelea”: ¿Qué tal si les damos facilidades especiales relacionadas con los horarios u otras variantes, si les asignamos tareas asequibles a sus posibilidades reales, les favorecemos salarialmente…? ¿Qué tal si los “mimamos” un poco?

En los casos de actividades laborales de gran exigencia física, es poco probable que la vida laboral se pueda extender más allá de ciertos límites. Pero existen actividades que se apoyan, sobre todo, en la capacidad profesional, la experiencia. En esas personas el “conocimiento tácito” (incorporado a los individuos) es muy grande y las posibilidades de transmitirlo a otros es limitada. Conservar a esas personas en las organizaciones me parece un tema que debería ser prioritario.

Por otra parte, un tratamiento de ese tipo no me parece solo económicamente relevante sino también, muy afín al ideario socialista, donde la persona, su bienestar y contribución social, debe ser el centro de todo.

En Cuba tenemos algunos buenos ejemplos al respecto. Por ejemplo, las universidades vienen aplicando una política semejante aprobada por el Consejo de Ministros y están logrando retener un cierto número de profesores. También conozco de algún ministerio que está utilizando muy bien a sus “viejitos” a través del Consejo Técnico Asesor que enriquece con sus juicios la toma de decisiones. El “veterano” que lo contó estaba feliz con esa posibilidad.

No tengo datos para calcular el índice de la Edad de Oro en Cuba pero mi observación participante me indica que es muy importante retener, aprovechar, estimular a personas con conocimientos y experiencias y no descartarlos. Ya no pueden hacer exactamente lo que hacían antes, pero pueden hacer cosas que quizás no logran los que están en edades más tempranas.

Tengo un amigo que se jubiló hace poco. Está físicamente muy bien y el cerebro le funciona a plenitud. Pero me dijo que estaba extenuado y no tenía fuerzas para seguir madrugando y enfrentando día a día la carga de trabajo que asumió durante más de cuatro décadas. Por supuesto que no puede hacer lo mismo que ha hecho hasta ahora, bajo las mismas condiciones. Pero la pérdida de mi amigo para su organización es un lujo que ninguna empresa sensata debería darse. No en todos los sectores tenemos políticas semejantes a las aplicadas para los profesores.

No podemos seguir pensando en Cuba como en un país de jóvenes a quienes los mayores deben abrirle paso, quitándose del medio. Eso no es lo que está ocurriendo en muchos sectores donde hay una fuerte necesidad de profesionales. El peligro de la desprofesionalización es una amenaza que no debemos desestimar.

Sugiero una vigorosa política orientada a retener trabajadores valiosos en todos los sectores donde sea menester.

A mi modo de ver las cosas, a las personas que arriben a la edad de jubilación más que decirles: “Si quieres seguir tienes que hacer esto o aquello”, deberíamos preguntarles: ¿Qué puedes hacer por la organización y qué condiciones necesitas para ello?

Si a alguien le parece cara e insostenible esta política que sugiero, le pido que piense en lo que significa perder capacidades, experiencias y conocimientos.


Escuela de negocios "Ignacio Cruz"