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Estracto del discurso de Diaz Canel sobre TCP

Con el propósito de debatir con amplitud las proyecciones de desarrollo del país, hemos considerado conveniente convocar en el primer trimestre del próximo año una sesión extraordinaria de la Asamblea Nacional que dedicaremos al análisis del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el 2030, en sus tres etapas, y el informe sobre el estado de la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Por otra parte, recientemente han entrado en vigor medidas relacionadas con la actividad del trabajo por cuenta propia. La mayor parte de la población las acepta y considera que son necesarias para la organización y control de este proceso.

Al respecto, quiero precisar nuestro punto de vista sobre esta actividad.

Los trabajadores por cuenta propia no son enemigos de la Revolución, son resultado del proceso de actualización del modelo económico, han resuelto problemas que recargaban al Estado y para los cuales en ocasiones resultaba ineficiente. Ellos han ido rescatando oficios que la vida probó que son necesarios.

Al sector no estatal lo hemos reconocido como un complemento de la economía y no existe intención alguna de evitar que puedan prosperar, pero su funcionamiento tiene que ser dentro de la legalidad.

Conocemos que contamos con la mayor parte de ellos para impulsar y dinamizar la economía. Hay que borrar de algunas mentes los prejuicios hacia su labor, que nos hacen tanto daño como aquellos inspectores que llegan a corromperse, y generan desconfianza e inseguridad.

Para su adecuado ejercicio, nos corresponde crear condiciones que propicien el cumplimiento de las nuevas normas y aporten al real ordenamiento de la actividad. Los funcionarios encargados de velar por la aplicación de las mismas deben actuar con ética, rigor y justeza y borrar la mala imagen que provocan las conductas corruptas de algunos.

No desconocemos tampoco, que trabajadores privados de algunas modalidades han expresado inconformidad con estas regulaciones, pero no desde una perspectiva de cooperación con la población, sino porque están en contra de un orden que ponga coto al enriquecimiento ilícito, lo cual no será permitido.

Sabemos que persisten intentos para convertir al sector no estatal en un enemigo del proceso revolucionario, pero no lograrán desunirnos. Para eso contamos con el compromiso de nuestros trabajadores por cuenta propia y de las instituciones estatales.