El optimista siempre comparte amor y éxitos, el pesimista desgracias y más desgracias.

El éxito está en buscar la diferencia, entre quién eres y quién puedes ser.

Lo importante, no es quejarse de la historia, es hacer historia y este es el momento.

Al pobre lo limita su pobreza, al rico su riqueza y a los dos, la concepción que tienen de la riqueza y la pobreza.

El negocio es un juego, tiene reglas, los inexpertos ganan y pierden, los expertos ganan siempre.

El mentor no está para limitar tu crecimiento personal, pero sí, para evitarte traumas.

Cuando se acaban los argumentos y la lógica termina, la fé decide.

No hay mayor locura, que estar cuerdo.

El tonto con confort, no entiende al que crea activos para su libertad, lo desprecia y es más dañino que una plaga.

El que describe sus ideas, crea condiciones, hace equipo, logra sinergia y gana siempre. El que las pone en práctica, se hace rico.