Desde que Cuba abriera las puertas al cuentapropismo hace más de un lustro, sentarse a la mesa en el archipiélago caribeño se ha hecho mucho más fácil y buena parte de ese logro ha estado cubierto por AlaMesa, una plataforma comunicativa cuya idea comenzó a cocinarse en 2010, aderezada por un boom de la gastronomía. Vale aclarar que, dentro del panorama de la actualización económica en Cuba, precisamente la gastronomía ha sido de los sectores más dinámicos.
De acuerdo con el encargado comercial de AlaMesa, Ariel Causa, existía una brecha entre los servicios gastronómicos (cada vez más diversos) y quienes demandaban esos servicios. De ahí que se pensara en crear una herramienta que comunicara a unos con otros, enfocada sobre todo en el mercado cubano.
Claro está, nada de eso fue improvisado. Del dicho al hecho hubo el consabido trecho y AlaMesa vino al mundo tras un estudio previo de los instrumentos que se dedicaban a prestar ese tipo de información en el entorno antillano. Entonces, la información era incompleta, no estaba cuantificada y se dirigía fundamentalmente a quienes vivían fuera de Cuba, reconoce Causa a Granma Internacional.
Dado que esa realidad no correspondía con el impulso de nuevos modelos de negocios porque estaban apareciendo novedosas iniciativas que los cubanos desconocían, AlaMesa se convirtió en el primer y más completo directorio de restaurantes en la Mayor de las Antillas.
Aunque han sido varias las claves del éxito de la iniciativa particular, es imprescindible hacer sobresalir entre ellas la puesta del contenido en manos de los usuarios a través de distintas vías y el tener un carácter inclusivo. Sin distinciones, AlaMesa abarca desde restaurantes privados, hasta cooperativas no agropecuarias, sociedades y empresas estatales.
En lo referente a la comunicación visual, es esencialmente una herramienta que ha permitido promocionar todo lo referido a la cultura culinaria cubana y las buenas prácticas y cuanto hay en materia de restaurantes en Cuba, al público tanto externo como interno. Ante la necesidad de proveer una información que estaba disgregada, afirma el diseñador Yondainer Gutiérrez, se constituyó una vitrina para quienquiera que busque dónde comer en la Isla.
LAS RUTAS PARA UNA COMUNICACIÓN EFECTIVA
Operando como trabajadores por cuenta propia, los fundadores de AlaMesa concibieron una página web, que apareció primero en español el 20 de mayo de 2011 y unos meses después en inglés, provista de un diseño ligero para garantizar un fácil acceso. Luego llegaron el envío de boletines a correos electrónicos, la creación de perfiles en redes sociales (Facebook, Twitter, Youtube) y la aplicación para móviles, tanto para sistemas operativos IPhone como Android.
Como la penetración de Internet en Cuba aun no es significativa, la iniciativa fue sumando a sus primeros clientes de puerta en puerta y potenciando la aplicación offline, la distribución de los boletines y cualquier otra alternativa que ayudara a llevar la información a la mayor cantidad de gente posible.

Hasta el cierre de febrero del 2017 las estadísticas de sus propios creadores contaban más de 930 restaurantes, bares, pizzerías, cremerías, etc., en 15 provincias del país; 30 000 instalaciones de la aplicación (disponible en la web y actualizada quincenalmente); 80 000 usuarios online y unos 18 000 seguidores en redes sociales.
«Al saber que los datos estaban desactualizados y desorganizados, comprendimos que nuestro producto debía ser atractivo y darle a las personas un instrumento útil. En mi experiencia como programador en diferentes sectores, he aprendido que la funcionalidad es esencial para crear algo», asegura el programador de AlaMesa, Alfonso Alí.
Según recuerda Alí: «Los primeros correos que recibimos de nuestros usuarios decían que “les gustaba” la idea. Independientemente de la información que contenía, les parecía cómoda y agradable desde el punto de vista visual y eso es algo que los hacía estar más tiempo dentro del sitio y nos hacía diferentes».
Durante casi seis años, de forma ininterrumpida, AlaMesa ha emitido un boletín semanal, que llega al buzón de sus usuarios con información sobre nuevos establecimientos, experiencias culinarias, ofertas de trabajo de restaurantes, etc.
A través del blog Ajiaco Cubano, coloca también a disposición del público recetas y reseñas de lugares. AlaMesa resulta una opción para personas e instituciones con conocimientos sobre el tema, que se mantiene conectada con entidades como la Asociación Cubana de Comunicadores Sociales (ACCS), la Empresa de Restaurantes de Lujo de La Habana, la Asociación Culinaria de Cuba y el Sistema de Formación Profesional para el Turismo.
A la vez que defiende la inclusión social, no permitiendo prácticas homofóbicas o de discriminación racial en los restaurantes que representa, el directorio promociona ofertas especiales en fechas festivas y cuenta con Bajo la piel, una publicación anual que hace como resumen y que le permite a su equipo (de jóvenes y no tan jóvenes) opinar sobre el universo culinario cubano.
GIRAR EN TORNO AL USUARIO
Nacido de las ideas de cinco amigos, el proyecto permitió que cada uno de ellos fuera poniendo en práctica lo que iba aprendiendo profesionalmente. Ese pequeño grupo, que creció hasta albergar hoy a casi una veintena de personas, puso a girar el marketing, el diseño y la tecnología en torno al usuario.
Con el propósito siempre de añadirle valor al producto hasta hacerlo sólido, AlaMesa ha sabido marcar la diferencia mediante la coherencia de los mecanismos con los que el usuario puede acceder a la información que proporciona.
La mayor base de datos de restaurantes de Cuba no solo es útil, sino amigable. En palabras de Causa, quienes están detrás de AlaMesa responden a un alto nivel de exigencia que les impide hacer las cosas mediocremente y que parte de imponer rigor, sacrificio y disciplina.
Del mismo modo, ratifica: «Nos preocupa muchísimo el usuario y le hemos permitido ir moldeando lo que somos a través del intercambio constante. No puede haber un producto exitoso si no involucra a las personas para quienes está destinado. Discutimos largamente cada cambio o decisión con el fin de mantener altos estándares de calidad. Le ponemos pasión a lo que hacemos porque somos responsables de algo que la gente usa y hemos sabido escuchar sus sugerencias, sus críticas».
Si bien siguen tocando puertas como al principio, agrega Causa: «Son muchos ya los restaurantes que nos llaman primero porque reconocen el alcance, la visibilidad y la utilidad que tiene la plataforma. Los dueños se involucran porque son también usuarios. Hay clientes que incluso coleccionan los boletines, que actualmente son recibidos por 4 000 usuarios y en los que nos hacemos eco de los cursos y eventos relacionados con el arte culinario en Cuba».
Asimismo, llama la atención que listarse en AlaMesa sea absolutamente gratis, así como acceder a toda la información que genera y descargar la aplicación en las tiendas online.
Al respecto, el ingeniero destaca que el trabajo de AlaMesa no es centralizado. De la misma manera, acota: «Procuramos tener colaboradores en cada provincia porque hay idiosincrasias locales que desconocemos en La Habana y porque defendemos un trato personalizado con nuestros clientes. El contacto cara a cara es insustituible. Es la manera de poder responder a cualquier necesidad, duda o interés de los restaurantes de forma inmediata y efectiva. Nuestros colaboradores conocen las costumbres, lugares, personas de cada lugar. Solo nos falta estar presentes en los territorios de Granma y la Isla de la Juventud y estamos trabajando para lograrlo».
Para Causa, ha sido una escuela, que empezó con 20 restaurantes y ahora va rumbo a los mil. Amén de que por mucho tiempo AlaMesa no les permitía subsistir económicamente, le dedicaron un esfuerzo casi sobrehumano. Construyeron AlaMesa y ella los construyó a ellos.
Alina Menéndez, propietaria del restaurante Hecho en Casa y fiel clienta del directorio, considera: «AlaMesa es más que un directorio digital para seleccionar dónde comer. Es un vocero del cotidiano cambio que se va produciendo en el país, es auténtico y muy cubano en sus redacciones, diseño y discurso; cuida los tonos; se preocupa y ocupa de su imagen y a través de ella el país y sus servicios de alimentación mejoran constantemente».
EL CAMBIO SOBRE LA MARCHA
Por otra parte, los fundadores de AlaMesa subrayan que en los últimos años han vivido un proceso de avances, en el que ha ido cambiándose la forma de ver el cuentapropismo y se han superado muchos obstáculos. «Muchas cosas que antes no podíamos tener, hoy están concretadas. La propia evolución de la actualización del modelo económico nos ha permitido hacer cada día un poco más, por supuesto, regido por las leyes correspondientes el sector no estatal. Ha habido una comprensión a escala social y gubernamental de las bondades que tiene una herramienta como AlaMesa», explicita Causa.
Alí refiere: «Batallamos mucho por tener el sitio disponible en un dominio punto cu y, a partir de una modificación que se le hizo a la legislación en octubre del 2015, nos fue posible lograrlo (alamesa.nat.cu)». No obstante, añade el entendido en tecnología, que el avance del trabajo con entidades estatales es gradual y ha dependido más de la mentalidad de las personas que de las leyes. Por ejemplo, Habaguanex S.A. trabajó con el directorio desde el principio porque lo importante es que «la persona se siente a comer y coma bien».
El abogado Jenry Álvarez menciona como una ventaja el tener un marco legal que les permite funcionar, aunque la realidad haya superado la forma en que se pensó el trabajo por cuenta propia y por eso el país analice las maneras más óptimas de llevarlo a cabo en el futuro, «donde podríamos tener muchas más posibilidades».
A cargo de representar AlaMesa, cuya marca se encuentra registrada en la Oficina de la Propiedad Intelectual, Álvarez indica que hay empresas todavía un poco reticentes a negociar con cuentapropistas. Además de cumplir el pago de sus tributos, ayudan al desarrollo del país mediante la generación directa e indirecta de empleos.
Igualmente, dice el licenciado en Derecho: «Estamos empezando a trabajar con empresas como Palmares y Gaviota para incluir la información de sus restaurantes y estamos viendo cómo recolectar los datos y brindarles nuestros servicios de una manera efectiva para que las relaciones se fortalezcan. Por supuesto, es algo que queremos llevar a todas las cadenas estatales y eso nos obligará a ampliar nuestra cartera de productos, que hoy incluye, entre otros, galerías de imágenes, espacios promocionados y publirreportajes».