Un informe sobre diversidad lingüística en la ciencia señala que más de ocho de cada 10 investigadores iberoamericanos escriben en inglés en detrimento de sus lenguas maternas
Un informe sobre diversidad lingüística en la ciencia señala que más de ocho de cada diez investigadores iberoamericanos escriben en el idioma anglosajón en detrimento de sus lenguas maternas
(OEI) en colaboración con el Instituto Elcano.Los hallazgos de la investigación, que será lanzada oficialmente en noviembre en Brasil, muestran que el año pasado el 84% de los investigadores iberoamericanos publicó en inglés en detrimento de sus lenguas maternas española y portuguesa. “
Solo el 13% de los científicos en España presentó sus trabajos en español, el 12% en México, el 16% en Chile, y con porcentajes en torno al 20% en Argentina, Colombia y Perú”, se lee en las conclusiones del informe. La situación del portugués es un poco más compleja. El 3% de los investigadores portugueses y el 12% de los brasileños eligieron su lengua para publicar sus trabajos, los demás lo hicieron en inglés.
Más informaciónLa lengua de la cienciaEl alemán, el francés y el ruso, que en el pasado se usaron mucho para la publicación de distintas disciplinas científicas, están padeciendo una situación similar: menos del 1% del total de los artículos, reseñas o conferencias académicas que aparecieron en revistas científicas durante 2020 fue escrito en estos idiomas. Así, la hegemonía del inglés en la producción y difusión de la ciencia en la actualidad es absoluta. ¿Por qué?, ¿qué riesgos tiene esta anglofonización del conocimiento?, ¿es posible revertirla? headtopics.com
Badillo explica por teléfono que el problema no es que la ciencia se publique en inglés, sino que no se publique en otros idiomas. Para el investigador, profesor delDepartamento de Sociología y Comunicación de la Universidad de Salamanca
, el objetivo del informe es ayudar a que el idioma no sea una barrera para el acceso al conocimiento por parte de todos los miembros de la sociedad, sin que eso tenga un costo para la internacionalización de la ciencia. “Hay que promover la diversidad sin perjudicar la creación de redes, la inversión privada o la calidad de los hallazgos científicos”, explica Badillo.
El problema no es que la ciencia se publique en inglés, sino que no se publique en otros idiomasÁngel Badillo, investigador principal del Real Instituto ElcanoEl investigador del Instituto Elcano insiste en que esta situación no solo tiene que ver con la ciencia, sino con la geopolítica. “Los países iberoamericanos hemos caído en una trampa de las industrias privadas anglosajonas”, dice Badillo. Y continúa: “Los Estados nos pagan a los científicos por investigar, nosotros producimos el conocimiento, se lo regalamos a las grandes revistas, les donamos los hallazgos de nuestro trabajo y luego esas revistas les cobran unas cifras verdaderamente sorprendentes a los sistemas nacionales de ciencia para acceder a los resultados de nuestras propias investigaciones”. Al final, la mayoría de los ciudadanos no puede acceder a la ciencia que ellos mismos financian con sus impuestos porque solo está disponible en revistas que cobran por la lectura y porque está escrita en otro idioma.
Ana Paula Laborinho, directora general del Programa Iberoamericano de Bilingüismo y Difusión de la Lengua Portuguesa de la OEI, coincide con Badillo: “Escribir ciencia en un idioma es más que eso: es pensar en una representación cultural del mundo. El acceso compartido a los conocimientos repercute en el desarrollo económico de las regiones”, dice Laborinho. headtopics.com
De acuerdo con la investigación, las razones de esta “dictadura del inglés”, como la nombran los investigadores, son tres. La primera es la inercia de la anglofonización: desde después de la segunda guerra mundial, cuando el alemán dejó de ser el idioma de la ciencia, como antes lo había sido el francés y mucho antes el latín, se cree que la mejor ciencia se hace y se publica en inglés. “Esto genera una percepción errada de que la ciencia que no se escribe en esa lengua no tiene la misma calidad”, dice Badillo “es una especie de segregación”.
Los países iberoamericanos hemos caído en una trampa de las industrias privadas anglosajonasÁngel BadilloEl científico asegura que muchos investigadores en Iberoamérica tienden a publicar en inglés no solo para interactuar con la comunidad científica internacional, sino por una cuestión de estatus. “Los científicos creen que si no escriben en inglés no tienen acceso a determinadas revistas y son esas revistas las que les dan la legitimidad que les permite entrar en el sistema de incentivos y ascender en su trabajo”.
La segunda razón es el propio sistema de incentivos. “La evaluación de la calidad de una publicación se mide por el número de citas que tiene la revista en la que se publica, no por la relevancia o la novedad del contenido”, explica Badillo. Y las revistas con más citas están en Inglés. Elea Giménez, científica titular del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) de España afirma que en varios países de Europa “ya se habla de implementar sistemas nacionales de evaluación que recojan la producción real de los países con indicadores no impuestos por compañías anglosajonas”, pero reconoce que en Iberoamérica “aún es una tarea pendiente”.