Cuándo empieces a cambiar tus problemas por mejor planificación, empezarás a monetizarlos, empezarás a disfrutar de tus problemas.

No persigas al dinero, créalo y ahórrate trabajo.

Acostúmbrate a convertir los inconvenientes en riqueza y la riqueza en el abono de tus activos y sigue... sigue... enrriqueciéndote.

Los improvisados, ruegan para que les compren y no venden, los profesionales vender caro, rápido, mucho y sonrien de hacer felices a sus clientes.

Para hacerse de un nombre, hay que hacerse de amigos y para hacerse de amigos, hay que poner los intereses del otro por delante.

El grande se hará más grande porque sabe perdonar, el débil se hará más débil, sino perdona.
Perdona siempre y crece.

Un negocio, siempre cuesta mucho, unas veces dinero, otras sacrificio y otras las dos cosas.

La desconfianza agota y te hace débil, la confianza en otros, anima y te hace fuerte y felíz.

Quien aprende a usar, el dinero de sus clientes, gana más, más rápido y con menos riesgos.

El mejor dinero para invertir, es el de los clientes. Cuesta menos, garantiza ventas y rápido retorno.